"Y si, mira... esas conversaciones que no tuvimos fueron por
mi culpa, siempre me quedaba un te quiero entre los labios que terminaba por
arrojarse en la inmensidad del silencio mientras se me cerraban las pestañas
del alma que arrebatadamente buscaba encadenarse a tu sombra... No es posible
evitar sentir de esta manera al saberte existente en esta tierra, en este
suelo, en este tiempo, bajo este cielo eterno que nos mira curiosos caminar por
distintos lares, sin tocarnos, sin mirarnos, sin que me sepas, y queriéndote así."
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